Las directrices de la European Resuscitation Council Guidelines 2021 mantienen un énfasis en la importancia de la reanimación cardiopulmonar (RCP) de alta calidad.
Por ello, queremos mostrar los 5 errores más comunes que deben evitarse durante la práctica de la reanimación cardiopulmonar y ofrecemos sugerencias para mejorar el rendimiento de la RCP.
La RCP básica son medidas sencillas que se realizan con las manos, dirigidas a mantener la oxigenación de los tejidos cuando el corazón y los pulmones dejan de funcionar. Con ella, se puede evitar la lesión de los órganos vitales como el cerebro y el corazón.
Estas maniobras de reanimación no tienen mayor dificultad para ejecutarlas, pero es recomendable un entrenamiento continuo para afianzar algunos conceptos. Frecuentemente en la práctica de la RCP, encontramos deficiencias que afectan a la calidad y como consecuencia al éxito de la reanimación.
En gCardio uno de nuestros objetivos es sensibilizar sobre la importancia de la reanimación cardiopulmonar por legos (testigos, intervinientes o reanimadores sin experiencia, con poca experiencia y que no pertenecen al servicio de emergencias médicas) y los desfibriladores externos automáticos.
Soporte Vital Básico
Antes, dejaremos claro conceptos claves y esenciales en Soporte Vital Básico:
- Reconocer precozmente la parada cardíaca: iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) en toda persona que no responda a estímulos y con respiración ausente o anormal. Las respiraciones lentas y dificultosa (respiración agónica) debe considerarse un signo de parada cardíaca.
- Alertar al Servicio de Emergencias.
- Comenzar las compresiones torácicas. 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones de rescate. Continúe RCP 30:2.
- Conseguir un desfibrilador externo automatizado (DEA) y en cuanto llegue enciéndalo y siga sus instrucciones.
La falta o el retraso en el reconocimiento de la parada cardíaca sigue siendo un impedimento para salvar más vidas.
1. Posición del reanimador: puntos de masaje y colocación de las manos
Uno de los errores básicos y que cuesta interiorizar es la posición del reanimador. En muchas ocasiones los brazos y las manos no se colocan en la posición correcta.
Lo ideal es que el reanimador se arrodille al mismo nivel que la víctima. Las rodillas ligeramente separadas y apoyadas en el suelo. El cuerpo se sitúa recto, con los brazos extendidos (importante) y en perpendicular al cuerpo de la víctima, con las manos sobre el punto de masaje.

Recordemos que el punto de masaje se localiza entre ambos pezones. Imaginemos una línea entre los pezones, el centro de esa línea es el punto donde realizar el masaje.
Igual de importante es la colocación de las manos. El talón de una mano se coloca en el punto de masaje. Se coloca la otra mano por encima y se entrelaza los dedos para tirar hacia arriba de la mano que apoya sobre el paciente. Se comprime solo sobre el esternón y no sobre las costillas.

2. Profundidad de las compresiones
Las compresiones torácicas son ciclos de compresión y descompresión del tórax que provocan un flujo sanguíneo artificial.
Los datos de diferentes estudios sugieren que una profundidad de compresión de al menos 5 cm, pero no más de 6 cm se asociaba con la mayor tasa de supervivencia.
Con movimientos de inclinación repetidos sobre la víctima, deprimir 5cm el tórax (no más de 6 cm), utilizando el peso del cuerpo para ayudar en cada compresión.
3. Frecuencia de las compresiones lentas o rápidas
Varios estudios encontraron una mayor supervivencia entre los pacientes que recibieron compresiones torácicas a una frecuencia de 100 a 120/min. Frecuencias de compresiones torácicas muy altas se asociaban con la disminución en la profundidad da las mismas. Si la frecuencia es demasiado lenta, el corazón se llenará de sangre, pero no llegará a los órganos vitales. El ERC recomienda, por lo tanto, que las compresiones torácicas deberían realizarse a una frecuencia de 100 a 120/min con el menor número de interrupciones posible.
4. Reexpansión de la pared torácica
Después de cada compresión es importante liberar toda la presión sobre el pecho sin perder el contacto entre las manos y el pecho de la víctima. Cuando un rescatista se inclina sobre el tórax de un paciente, se inhibe completamente la retracción del tórax. Hay que dejar que el tórax se reexpanda completamente después de cada compresión; no permanezca apoyado en el tórax. La retracción completa permite que el corazón vuelva a llenarse con sangre venosa antes de la siguiente compresión, por lo que se maximiza la salida con cada compresión.
5. Olvidar abrir vía aérea y ventilación de rescate excesiva
Después de realizar 30 compresiones torácicas, se administran 2 ventilaciones de rescate.
En primer lugar, debemos asegurarnos que la vía aérea siga bien abierta para que las insuflaciones sean efectivas.
Se abre la vía aérea con la maniobra frente-mentón que consiste en situar una mano sobre la frente de la víctima y los dedos índice y corazón de la mano contraria bajo el mentón. Con un movimiento suave, se inclina la cabeza hacia atrás al tiempo que se eleva el mentón para abrir la vía aérea.

No olvide pinzar la nariz de la víctima usando el dedo índice y el pulgar de la mano que sostiene la frente.
Los que realicen la RCP deberían intentar una duración de la insuflación de alrededor de 1 s, comprobando que se eleve el pecho de la víctima, pero evitando ventilaciones rápidas o forzadas. La interrupción máxima de las compresiones torácicas para dar dos ventilaciones no debería exceder de 10 s.
Si no está capacitado para proporciona ventilaciones de rescate, proporcione compresiones torácicas ininterrumpidas.
RCP de alta calidad
A través de una mejor medición, capacitación y procesos de mejora de los sistemas de calidad de la RCP, podemos tener un impacto significativo en la supervivencia de un paro cardíaco y eliminar la brecha entre los resultados actuales y los óptimos.
La RCP es estresante y es difícil saber si se está cumpliendo con estos parámetros. Pero hoy día tenemos más acceso a la formación tanto presencial como online que nos preparan para iniciarnos en la RCP y aumentar la supervivencia de la víctima.
Además, existe tecnología, como los desfibriladores externos automatizados, para ayudar a los rescatistas a proporcionar RCP de alta calidad. Nueva tecnología que se han enfocado en mejorar su calidad de RCP. Gracias a esos aparatos los índices de supervivencia de paro cardíaco súbito se han duplicado e incluso triplicado.
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